Salud Geoambiental. Geobiología

1. ¿Qué es la salud geoambiental?

Es un área de conocimiento que estudia la naturaleza de las radiaciones de nuestro entorno, tanto naturales como artificiales, y sus efectos en la salud de los seres vivos. En nuestro día a día estamos rodeados de radiaciones, algunas naturales y que forman parte inherente de nuestro planeta, otras artificiales e inevitables con el actual desarrollo tecnológico. No las vemos ni las sentimos, pero poco a poco van alterando nuestros ritmos biológicos y el funcionamiento de nuestro organismo. Pueden provocar no sólo malestares que no podemos explicarnos, sino incluso enfermedades, algunas de ellas graves.(Ver dibujo abajo del todo)

2. ¿Qué tipo de radiaciones podemos encontrar en nuestra vida diaria?

Según su fuente, pueden ser naturales o artificiales. Las radiaciones naturales pueden tener distintas procedencias:

  • De la Tierra: gas radón procedente de los minerales del subsuelo, alteraciones del campo eléctrico y magnético terrestre por la presencia de modificaciones geológicas (como fallas, corrientes de agua subterránea o líneas energéticas) o de masas de minerales ferromagnéticos, etc.
  • De la atmósfera: radiaciones solares, tormentas magnéticas, manchas solares.
  • O incluso radiaciones electromagnéticas procedentes del fondo del cosmos.

Las radiaciones artificiales son las causadas por la actividad humana. Pueden proceder de líneas de alta tensión, transformadores urbanos, antenas de telefonía y de televisión, teléfonos móviles e inalámbricos, electrodomésticos, redes wifi, ciertos materiales de construcción o decorativos que provocan emisiones de gas radón, etc.

Precisamente por la diversidad de sus fuentes de procedencia, la salud geoambiental es multidisciplinar: implica a la Geobiología, la Geofísica, la Biofísica, la Astrofísica, la Medicina, la Electrónica, etc.

3. ¿Qué es una geopatía?

La palabra viene de geos, tierra, y pathos, enfermedad. Es un exceso, potencialmente dañino para la salud, en las radiaciones naturales que se registran en un terreno concreto. Este exceso puede estar provocado por alteraciones geológicas o por alteraciones magnéticas e incluso agravarse, además, por las radiaciones de origen artificial que saturan cada día más nuestro entorno. La combinación de algunos o muchos de estos factores puede multiplicar el carácter dañino de un lugar.

4. ¿Qué son las zonas geopatógenas?

Son zonas contaminadas por un exceso de radiaciones naturales que perjudican la salud de los seres vivos. Estas radiaciones pueden estar causadas por accidentes geofísicos, como fallas o corrientes de agua subterránea, por radiactividad ambiental o por la presencia de redes geomagnéticas naturales.

Si estas zonas geopatógenas coinciden con lugares de alta permanencia, es decir, con zonas de nuestro hogar u oficina donde pasamos muchas horas al día, los efectos sobre nuestra salud son acumulativos. Quizá tarden en aparecer los síntomas, pero en un alto porcentaje de casos acaba apareciendo algún tipo de malestar o enfermedad, dependiendo de la capacidad de resistencia de cada persona.

5. ¿Qué son las redes geomagnéticas?

El planeta Tierra es un inmenso campo magnético con dos polos, norte y sur. Este campo magnético no es regular, sino que experimenta alteraciones y variaciones locales. En estas variaciones locales influyen las redes magnéticas globales que pueden localizarse en la superficie terrestre.

Una de ellas es la red Hartmann, que forma una retícula cuyas líneas de fuerza están orientadas en sentido norte-sur y este-oeste. Otra es la red Curry, cuya orientación es diagonal respecto a la anterior. En la vertical de las líneas que conforman estas redes se producen diferencias de potencial eléctrico, diferencias en la conductividad del suelo o variaciones en las emisiones de radiación gamma procedentes del subsuelo.

Cuando confluyen en un punto varias de estas líneas de fuerza, y más aún si se añaden otras alteraciones geofísicas del subsuelo, el campo magnético en la superficie de esa zona concreta registra variaciones de intensidad que pueden afectar a nuestra salud. Las variaciones en el campo magnético natural son medibles con un geomagnetómetro.

6. ¿Qué es lo que hace que estas zonas geopatógenas sean nocivas para la salud?

Todo lo que ocurre en el subsuelo y en la atmósfera tiene efectos en la superficie terrestre y en los seres vivos que la habitamos. Un ejemplo sencillo: las plantas obtienen alimento de la tierra y el sol les proporciona energía para la fotosíntesis.

Es un mecanismo similar el que hace que los accidentes geofísicos del subsuelo provoquen variaciones magnéticas a nivel de la superficie terrestre. Las corrientes de agua subterránea, por su parte, provocan una ionización del aire. El gas radón que desprenden algunos minerales del subsuelo se traduce en variaciones en la radiactividad ambiental. Todo esto son consecuencias físicas medibles y detectables a nivel de superficie. Y son esos efectos en la superficie, en nuestro entorno cercano, los que tienen una incidencia directa en nuestra salud.

7. ¿Qué efectos tienen las zonas geopatógenas en nuestra salud?

Nuestro organismo es un complejo sistema bioelectromagnético. La exposición prolongada a radiaciones diversas y a cambios continuos en nuestro entorno electromagnético obliga a nuestros órganos vitales a un esfuerzo continuo de adaptación. Eso agota los sistemas de autorregulación de los seres vivos (sistema nervioso, neurovegetativo e inmunológico). Las disfunciones en estos sistemas pueden dar lugar a alteraciones como insomnio, neuralgias o dolores de cabeza, y llegar a desencadenar procesos y patologías más graves, incluso degenerativos. Multitud de estudios científicos relacionan de forma consistente la aparición de determinadas enfermedades con la influencia del entorno (ver artículos sobre radiaciones naturales y sobre radiaciones artificiales).

8. ¿Qué me puede llevar a sospechar que mi entorno no es sano?

Muchas personas notan que se sienten peor tras cambiarse de casa o de lugar de trabajo; o se sienten mejor, lo cual delata que su anterior lugar de residencia era geopatógeno. También puede suceder que hayan instalado alguna nueva tecnología (un router en casa, una antena de telecomunicaciones frente a su vivienda, etc) y que observen variaciones en su estado normal de salud.

Los primeros síntomas son problemas para conciliar el sueño, duermen intranquilas o se levantan con la sensación de no haber descansado. Hay quien sufre dolores de cabeza repetitivos y sin motivo aparente, tanto en casa como en el trabajo. También el cansancio crónico y, en general, la sensación de desvitalización pueden ser síntomas de un hogar poco sano, o de una oficina poco sana.

Con frecuencia las personas se someten a tratamientos médicos o toman fármacos y no entienden por qué no desaparecen sus síntomas. A veces, hay enfermedades preexistentes que se cronifican por vivir en un entorno dañino, o que no encuentran curación pese a haber probado diversos tratamientos médicos. En los casos más graves, se desencadenan procesos degenerativos que pueden desembocar en fibromialgias, cánceres, etc.

Sólo un médico puede diagnosticar estas dolencias, pero para que desaparezcan del todo es imprescindible erradicar el factor geoambiental que las desencadenó. Para descubrir si existe en su entorno algún tipo de riesgo, puede hacer nuestro test de salud geoambiental.

9. Con frecuencia me despierto con la sensación de no haber descansado. ¿Puede haber algún problema en mi hogar?

El dormitorio es un lugar especialmente sensible, porque dormimos la tercera parte de nuestra vida y pasamos muchas horas en la cama, así que es fundamental que ese entorno concreto sea sano. Es posible que usted tenga pesadillas o se mueva mucho mientras duerme; que experimente calambres en las piernas o que sufra insomnio. Incluso que tenga algún tipo de depresión no provocada por problemas concretos. Si hablamos del dormitorio de un niño que habla o grita por las noches, tiene pesadillas, se cae de la cama, tiene episodios de sonambulismo o duerme en posturas forzadas, evitando lugares concretos de la cama, aún hay más motivo de preocupación, porque sus órganos vitales están en pleno desarrollo y es importante que el pequeño duerma en un espacio sano.

10. ¿Qué medidas puedo tomar en mi vida diaria para minimizar la contaminación geoambiental?

El lugar más problemático es la cama, porque es el sitio donde pasamos más horas al día, y lo hacemos de forma continuada. Por lo tanto, es imprescindible garantizar un entorno limpio y sano para que nuestro organismo recargue cada noche sus reservas de energía de forma eficiente.

Compruebe las fuentes de contaminación geoambiental que más frecuentemente se encuentran en los dormitorios. En lo que respecta a las radiaciones artificiales: ¿hay un teléfono inalámbrico en su mesilla? ¿Conecta el cargador del móvil mientras duerme? ¿Quizá tiene un radio-reloj despertador enchufado junto a la cama? ¿La lámpara de su mesilla es halógena y tiene transformador? ¿Su dormitorio está contiguo a la cocina y al otro lado de la pared hay electrodomésticos como lavadora, horno o caldera? ¿Funciona bien la toma de tierra de la instalación eléctrica?

Y en lo que respecta a las radiaciones naturales: ¿está su cama situada sobre una zona geopatógena, es decir, sobre alguna falla geológica, alguna corriente de agua subterránea, alguna red geomagnética global? ¿Se registran en ese lugar concreto altos niveles de radiactividad o radiación gamma?

11. ¿Los electrodomésticos pueden ser peligrosos?

Depende de dónde estén colocados y del uso que hagamos de ellos. Hoy en día no podríamos vivir sin electrodomésticos, así que es importante situarlos de la forma más apropiada para que no alteren nuestro entorno. Por ejemplo, jamás debemos poner una lavadora, un horno, una nevera, un lavavajillas o una caldera de gas junto a una pared si al otro lado está la cabecera de la cama de un dormitorio. Todos estos aparatos, incluso estando apagados, son una fuente de ondas electromagnéticas de baja frecuencia. Esas ondas no son bloqueadas por la pared, sino que la atraviesan y generan una emisión nociva directamente sobre la persona que pueda estar durmiendo al otro lado.

Las cocinas de inducción calientan los alimentos mediante potentes campos electromagnéticos. Estos electrodomésticos tienen ventajas muy prácticas (que no queman y que cocinan muy rápidamente) pero también un gran inconveniente, y es precisamente ese campo electromagnético. Las vitrocerámicas por resistencia son menos peligrosas, dado que generan campos electromagnéticos de menor nivel.

12. Con frecuencia leo en los periódicos que las antenas de telefonía móvil causan cáncer. ¿Es cierto?

Cada vez hay más preocupación social al respecto. Las antenas de telefonía emiten ondas en frecuencias que oscilan entre 900 MHz y 2.000 MHz. Su alcance es de muchos kilómetros (algunas hasta 30 km), precisamente para evitar problemas de cobertura. Si tenemos antenas de este tipo cerca de nuestra casa, es muy probable que estemos recibiendo esas radiaciones. Y si además esa antena está direccionada hacia nuestro hogar, sus ondas nos estarán llegando de forma muy directa. La distancia es un dato relevante, pero lo es mucho más la orientación de la antena respecto a la vivienda, de forma que una casa relativamente alejada de una antena concreta puede estar incluso más afectada que otra con la antena más cerca.

Hay personas que son menos sensibles a estas radiaciones y pueden tardar en sentirse mal, pero otras enferman rápidamente en este entorno. Muchas personas que viven cerca de antenas de telefonía pueden acabar desarrollando problemas importantes de salud y, aunque aún no hay suficientes estudios para documentar la relación exacta entre antenas y enfermedades graves (dado que los avances tecnológicos son relativamente nuevos en la historia de la Humanidad y sus consecuencias para nuestra salud pueden tardar tiempo en aflorar), lo cierto es que hay investigaciones que arrojan indicios repetidos y consistentes de que las radiaciones de las antenas de telefonía pueden causar enfermedades como cáncer o leucemia.

Por eso, basándose en el principio de precaución, un grupo de científicos reunidos en Salzburgo en el año 2000, en la Conferencia Internacional sobre Telefonía Móvil, acordaron recomendar una exposición máxima de 0,1 microvatios/cm2. La legislación española, sin embargo, no es tan restrictiva y establece el límite en 400 microvatios/cm2 para la frecuencia GSM 900 y en 900 para la frecuencia GSM 1800; es decir, 4.000 veces más. Además, existen normativas autonómicas con criterios diferentes, se cumplan o no, y leyes muy distintas en cada país.

Esta disparidad legislativa significa que de nosotros depende el proteger nuestra salud y tomar las medidas apropiadas para minimizar nuestra exposición a factores de contaminación geoambiental.

13. ¿Los teléfonos móviles son un riesgo?

Los teléfonos son ya imprescindibles en nuestra vida diaria, pero es necesario ser conscientes de que constituyen una fuente de radiaciones importante. Cuando nos ponemos el aparato en la oreja, muy cerca del cerebro, el aparato estará emitiendo ondas en frecuencia de entre 900 y 1.800 MHz si es GSM, y 2.000 MHz si es UMTS o 3G. Y esas radiaciones penetran directamente en nuestro cerebro, provocando una elevación en la temperatura de los tejidos directamente expuestos (por eso sentimos calor en la oreja cuando hablamos mucho tiempo por el móvil), pero hay otros efectos añadidos, como el incremento en la permeabilidad de la barrera hematoencefálica o la aparición de tumores cerebrales o neuromas acústicos

14. ¿Qué dice la OMS sobre los móviles?

La Organización Mundial de la Salud ha promovido un amplio estudio epidemiológico, desarrollado en 13 países durante los últimos 10 años con un presupuesto de 22 millones de euros. Este estudio es conocido por el nombre de Interphone y sus detalles aún no han sido publicados, por falta de acuerdo entre sus autores sobre cómo presentar las conclusiones, que son polémicas para algunos de los financiadores (la industria de telefonía móvil). Sin embargo, el diario británico The Daily Telegraph publicó en octubre de 2009 una noticia en la que adelantaba que, según dicho estudio epidemiológico, existe una relación entre el uso de móviles y la aparición de cánceres.

A la vista de tantos datos recurrentes, se impone un uso responsable del teléfono móvil: se recomienda limitar al máximo el tiempo de conversación, utilizar un manos libres cuando sea posible, evitar el uso del bluetooth y no fomentar el uso de móviles entre los niños, cuyos cerebros está en plena fase de crecimiento y son, por tanto, más vulnerables a este tipo de radiaciones.

15. ¿Los inalámbricos también emiten radiaciones nocivas para la salud?

Sí, estamos hablando del mismo tipo de riesgo que con los teléfonos móviles. Los teléfonos inalámbricos con tecnología DECT, ya habituales en la mayoría de los hogares, usados durante una conversación, emiten radiaciones cuya frecuencia se sitúa en 1.800 MHz.

Pero lo verdaderamente peligroso son las radiaciones que emite la base de estos teléfonos. Y emite esas radiaciones de forma ininterrumpida, no sólo en conversación. Muchas personas tienen la base del inalámbrico situada en la mesilla de noche, junto a la cama, así que están sometidas durante sus siete u ocho horas de sueño día tras día a esta fuente de radiación constante. De hecho, muchas veces en el dormitorio pueden registrarse niveles de radiación superiores a los provocados por antenas de telefonía cercanas.

16. ¿Qué puedo hacer para minimizar todos estos riesgos?

El primer paso es conocerlos. Ser consciente de las radiaciones que nos rodean y de sus mecanismos y efectos nos ayudará a protegernos mejor. La mayoría de esas fuentes de radiaciones no van a desaparecer, pero sí podemos y debemos evitarlas.

En lo que respecta a las radiaciones naturales, es evidente que no podemos controlar el campo magnético terrestre ni los accidentes geofísicos del subsuelo, pero sí podemos elegir el lugar donde situamos nuestra cama, o nuestras zonas de alta permanencia, de forma que no estén afectadas por estas radiaciones.
En cuanto a las radiaciones artificiales, es cierto que tampoco podemos prescindir de la tecnología y de las telecomunicaciones. Pero sí podemos hacer un uso racional de estos avances que nos hacen la vida moderna más cómoda, controlar la ubicación de esas fuentes de radiación, verificar que no pasamos muchas horas al día muy cerca de ellas y, en casos extremos, incluso apantallar los campos eléctricos más agresivos para proteger nuestra salud.

Como primer paso, si no está familiarizado con los factores de contaminación geoambiental, le sugerimos que haga nuestro test de análisis geoambiental para identificar posibles riesgos en su entorno. Si sospecha que está sometido a algún tipo de contaminación geoambiental, póngase en contacto con nosotros y le asesoraremos sobre cómo actuar.

17. ¿Qué es un análisis geoambiental?

En muchos casos, hace falta la intervención de un experto para detectar y medir factores concretos de riesgo. Un análisis geoambiental es el estudio detallado de las radiaciones naturales y artificiales presentes en un entorno concreto, que puede ser una vivienda, una oficina o el terreno donde se planea construir una edificación, con el objetivo de identificar efectos que pueden ser biológicamente críticos para nuestro organismo.

Los principales factores de riesgo que se incluyen en un estudio detallado de salud geoambiental son:

  • Los campos eléctricos alternos de baja frecuencia
  • Los campos magnéticos alternos de baja frecuencia
  • Las ondas electromagnéticas de alta frecuencia
  • Los campos eléctricos continuos o electrostática
  • Los campos magnéticos continuos o magnetostática
  • La radiactividad, fundamentalmente gas radón
  • La actividad geofísica del terreno: campo magnético y radiación terrestre
  • Las ondas acústicas y niveles de ruido

18. ¿Por qué hacer un análisis geoambiental?

  • Porque todos tenemos derecho a vivir y trabajar en un lugar sano.
  • Porque no queremos enfermar debido a la influencia del lugar donde vivimos o trabajamos.
  • Porque queremos incrementar nuestro bienestar y mejorar nuestra calidad de vida.
  • Porque nosotros o alguien de nuestra familia tiene enfermedades recurrentes, o quizá sólo pequeños síntomas, pero los tratamientos médicos no acaban de resolver el problema.
  • Porque nos hemos dado cuenta de que hay varias personas en nuestro mismo edificio con el mismo tipo de sintomatología o enfermedad, y algo nos dice que eso no puede ser casualidad.
  • Porque tengo una empresa y me preocupa la salud de mis empleados. Además, es una forma sencilla y eficiente de reducir las bajas laborales.
  • Porque la contaminación geoambiental es, en definitiva, un problema de salud pública que mejora exponencialmente si todos y cada uno de nosotros mejoramos nuestro entorno y tomamos sencillas medidas de higiene geoambiental.

Esperamos que estas preguntas y respuestas sean útiles para comprender mejor la trascendencia e implicaciones de la salud geoambiental

“Las Técnicas naturales que aplicamos no sustituyen ni excluyen la atención o el tratamiento médico o farmacológico convencional prescrito por profesionales sanitarios”.